" Nuestra voluptuosidad, ese cosquilleo inefable que nos extravìa, que nos transporta al màs alto punto de felicidad a que puede llegar un hombre, sòlo se encenderà por dos causas: percibiendo realmente o ficticiamente en el objeto que nos sirve la especie de belleza que nos halaga màs, o viendo experimentar a este objeto la màs intensa sensaciòn posible. Pues bien, no hay ninguna sensaciòn que sea màs intensa que el dolor; sus impresiones son evidentes, no son falaces como las del placer perpetuamente representadas por las mujeres y casi nunca experimentadas. "
Justine, Marquès de Sade, 1787.
Tres minutos con la realidad
Hace 14 años
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